domingo, 15 de enero de 2017

La “colimba” un mal innecesario...

La primer frase que te dicen y resonará por siempre es: “lo que no entra por la cabeza entra por los pies”… así nos recibió el oficial superior hace más de 36 años cuando debí cumplir con el Servicio Militar Obligatorio o comúnmente llamada: “COLIMBA”, que traducida la sigla es: Comer-Lavar-Bailar…
Y otra de las frases contundente fue: “los huevos los dejan en la entrada del cuartel, aquí mandamos nosotros”…
Como detalle, realizamos la colimba en tiempos del Proceso de Reorganización Nacional, es decir la durante la Dictadura Militar más cruenta sufrida por nuestro país, llevada a cabo entre los años 1976 y 1983.
En estos tiempos, donde la derecha se hace presente –no casualmente- en Latinoamérica , el deseo de la vuelta a la colimba pulula como un elemento más para “organizar” la vida de los “ni”… Los que no estudian ni trabajan.
En encuentros con ex-soldados amigos las aguas están divididas, están quiénes creen que la colimba es un excelente recurso para “organizar” la vida de los adolescentes y otros como en mi caso creemos que no es la mejor alternativa superadora.
Si creo y jamás reniego de la experiencia personal y de amigos de lo que nos resultó la colimba, años después nos hemos encontrado y disfrutado enormemente de volvernos a ver. Tales encuentros estuvieron teñidos de afectos y anécdotas imposibles de borrar. El factor común que nos une fue justamente el afecto que nos hizo fuerte en momentos tan complejos como fue la colimba. Todo fue un aprendizaje y desde ya que no una opción, fue una obligación y dentro de esta -reglada por el miedo y el castigo- nos hicimos uno para todos y todos para uno. Esto era el hecho sobresaliente de los encuentros, la unidad, el afecto mutuo, la solidaridad, el compañerismo.
También estaban los otros aspectos deleznables, donde “debías” robarte una prenda de vestir para evitar un castigo y salir a ese franco tan deseado y algunas otras accionas propias del ser.
Es decir, en la colimba nos encontrábamos pibes de todos los orígenes, clases sociales, formación, etc.; y todos estábamos en el mismo escalón y no porque lo hayamos decidido nosotros, sino porque a través del miedo ni las moscas se atrevían a volar. Y donde reina el miedo, la razón brilla en las mejores ausencias. El miedo nunca es tonto, nos decían. Así de este modo todo funcionaba, la dictadura interna fijaba las normas y debían respetarse a rajatabla, sino el castigo era la consecuencia lógica, los castigos dependían del momento que llevabas como soldado; no era lo mismo un castigo al comienzo que en momentos de ser soldado avanzado o más antiguo. El maltrato físico o psicológico no tenía límites, hubo regimientos donde se han registrado desapariciones bajo la forma del “desertor” y porqué olvidar la muerte del soldado Carrasco en manos de un oficial.
Creer que la colimba resolverá los problemas de los jóvenes es un mal camino, es negar nuestro derecho básico a la educación. Es la educación y el desarrollo sostenido de un país el que justamente resolverá el problema de nuestra sociedad y a todos los que en ella vivimos.

Si hay un resto, ve por el...

El fondo de la olla...
… fue hace un tiempo, en el que una amiga me habló del fondo de la olla.
Y me dijo lo siguiente: antes de tomar una decisión definitiva hay que mirar el fondo de la olla, en primera instancia no entendía, hasta que desarrolló su idea…
Con esta idea intentaba reflejar que en la vida hay muchas instancias a vivir, a superar o bien, fracasar. Pero que básicamente nada debemos subestimar, sino por el contrario; hay que buscar en el fondo de la olla de la vida y si hay rastros que propicien una superación será éste el principio en la resolución de las complejidades que a diario se nos presenta en esta aventura que es vivir.
Es por ello que no debemos tomar decisiones apresuradas, sino que siempre debemos tomarnos ese “momento” y ver si hay elementos a rescatar del fondo para superarnos y seguir siendo lo que aspiramos a ser plenamente…

Si esta es la solución, deberíamos saber cual es el problema...

Seguramente este post obedece a algún habitante de pueblo originario... no? O será de algún descendiente de inmigrante que alguna vez supo venir con "una mano atrás y una adelante" como decían mis abuelos... vo' velo... diría José Luis...

Y vos como te sentís?


... es un cartelito atractivo producto de la poca racionalidad que se siente humillada por “foráneos” que nos “invaden” y viven de “nuestro” sacrifico.
Está claro que el trabajo es un bien preciado y que trabajamos porque trabajamos, no porque seamos argentinos ni extranjeros. Seguramente este rastro de xenofobia no “viene” de un habitante originario, sino me acercaría a pensar que se origina en algún hijo de hijo, de hijo de hijo… de extranjero que alguna vez fue parte de las corrientes inmigratorias que poblaron nuestro país, venidos de lugares impensados, corridos por la guerra, el hambre y la muerte…
Pareciera que la evolución no es tal, sí el paso del tiempo que nos hace olvidar de dónde venimos…

domingo, 21 de agosto de 2016

Grieta que apena...

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... como decía don Ignacio de Loma: "lo de la Grieta me apena".
Y si, seguramente que apena, duele, impide, condiciona, determina, 
También la grieta nos hace sufrir, nos enemista cruelmente, nos separa, nos aleja.
También damos pena los agrietados, los atravesados por ella, los constructores,
Damos pena como sociedad que muestra una gran incapacidad para crecer, para aprender de lo que fue, de lo que vivimos, de nuestra historia, de aquellas matrices de aprendizajes forjadas de mil modos y formas.
Nos posiciona como dueños, a unos y a otros de una verdad que no se puede sustentar de ningún modo, de una verdad fuertemente agrietada casi irresponsable.
Otrora amigos, hoy diezmados por pensamientos disimiles, enfrentados hasta el odio. El odio mismo instaurado desde sus inicios, hoy reaparece con inusitada fuerza, atravesando y llevándose puesto años donde unos fueron los diseñadores de una sociedad con enormes diferencias. Y otra, la gran mayoría, las victimas. El poder y la opresión, juntos y separados.
Diferencias sociales que nunca se han saldado, fue siempre el odio y revanchismo autores de los peores males. 
Siempre han sidos las desigualdades quienes reinaron en nuestro país, apenas hubo atisbo de cambios, inmediatamente unos y otros unidos para impedirlo.
Raros sentimientos, sensaciones encontradas, ideas enfrentadas... 
Funcionarios funcionales a sus intereses particulares y partidarios. Aspiración desmedida de poder, para generar impunidad, desidia, pase de facturas, revanchas baratas.
Como sociedad imposible sacarse el sayo, dado que se ha acompañado por complicidad u omisión los distintos proyectos que se han votado.
Se ha conferido y se confiere el poder a quienes desde algún lugar casi de privilegio o de privilegio mismo, hicieron lo que han querido en pos de ellos mismos o del partido al que han representado o representan.
Se ufanan de sus riquezas, la ostentación les resulta una jactancia, son snobistas y miran desde lo "alto" al otro distante a quienes dicen defender sus derechos y representar.
Dan y damos vergüenza como sociedad.
En estos tiempos el odio, ha provocado aún de los pesares, la derrota de un proyecto que aglutinó como hacía tiempo a un pueblo deseoso de achicar heridas, como así también víctimas de una corrupción no deseada no votada.
Todo sirvió.
Todo se usó.
Con eso ganaron. Con el odio. 
El odio que detesta la igualdad.
El mismo odio que se ha vivido desde siempre, con los inmigrantes, los negros, los judios, los paragua, los yorugua, los bolitas, los azules, los colorados, los unitarios, los federales, los fascista, los comunistas, los putos, las tortas, los cipayos, los cabecitas negras, la conquista al desierto, los carapintadas.
Es mucho lo que ha sucedido, creer que esto se incrementaría podía ser impensado... sin embargo no!
Hemos vuelto a la Década Infame, por señalar un momento histórico donde comenzaron los golpes de estado. Lo señalo como elemento descriptivo de una época en un país para muy pocos, donde el resto vivirá de las sobras de los primeros.
Seguirá...


martes, 7 de abril de 2015

¿Si somos el problema, somos la solución...?

   Es absolutamente maravilloso escribir desde el humor cosas tan serias.
    En estos últimos tiempos se generan en los medios debates de todo tipo, más aún en año electoral. Nadie escatima nada, llegar al insulto es moneda corriente, cuando no se busca desacreditar al otro, es como si el otro no existiera; se niega su existencia. 
   Ahhhh... no sucede esto en lo estrictamente periodístico, en todos los ámbitos se "ningunea" la existencia del otro. Se hace una tarea difícil la libre expresión y no porque no exista, sino porque la intolerancia reina en todos lados. Lo curioso es encontrar en las redes sociales, algún debate donde primen las ideas e interacción con el otro donde el objetivo sea mejorar la discusión, creciendo de este modo en nuevos y mejores conceptos.
   Nada es casual, dice mi tía Maruja. Sobrados elementos hay en nuestra cultura para poder entender acabadamente este tipo de actitudes. Es extraño no encontrar en nuestra querida -aunque compleja- historia argentina momentos que se hayan sostenido, donde el buen trato y la cordialidad sean la constante. Claro que todo no es tan así, pero en lineas generales hemos vivido de rencillas en rencillas. Siempre nos ha resultado difícil la convivencia. Siempre se han superpuesto intereses encontrados que nos han dividido como sociedad, lo cual es grave, pero es aún más grave, no poder reconciliarnos desde el lugar más genuino. Y para que esto suceda, debemos hablarnos... nunca gritarnos como lo hemos hecho durante décadas.
   Si el problema somos nosotros, también somos la solución...
       

jueves, 5 de marzo de 2015

Justicia injusta.

 Resultado de imagen para justiciaLos hechos son actos concretos, las interpretaciones son la mirada subjetiva que cada uno hará en función de sus creencias, ideología y básicamente la intencionalidad. Nada es más injusto que lo justo brille por su ausencia. Un hecho ilícito requiere una investigación, una denuncia, un juicio y posterior condena, siempre y cuando existan todos los elementos probatorios. Si existe la falta de mérito, no hay acusado que sigan siendo tal. Y desde ya… todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
   No hay hecho más injusto que no se haga justicia. O porque es lenta. O porque hay intereses. O porque los jueces, son los que investigan, juzgan y condenan. O porque es una corporación que no quiere perder privilegios. O porque el dinero es el que siempre manda. Sea por el motivo que fuere la injusticia genera más injusticia, y genera un efecto dominó en la sociedad, donde mucho está permitido dado que no hay coto porque la justicia está ausente.
   Hemos escuchado sobre “chanchullos” de la justicia. Las sospechas hacia la justicia ha encabezado todo el ranking. Desde tiempos memorables, la justicia es mirada con resquemor. Arroja más dudas que certezas. Y es cierto que incide en el medio social, poniendo en jaque la credibilidad de todas las instituciones. Y esto no es poca cosa.
    No todo es igual, desde ya… No obstante, basta que unos pocos actúen de una forma incorrecta para que la relevancia ocupe un lugar de privilegio, más aún cuando se tratan temas que hacen a la vida de la República.  Son innumerables los hechos donde la justicia no estuvo presente en forma satisfactoria. En estos últimos tiempos surgen el atentado a la AMIA, la Embajada de Israel, la voladura de Río Tercero y el caso más resonante; la muerte del Fiscal Nisman.
   Opiniones… las que queramos, desde todos los ángulos ideológicos, teniendo en cuenta que este año es netamente electoral todo suma o resta para posicionarse políticamente. Está muy claro que en Latinoamérica cada vez que administra un gobierno de izquierda, no dejan de tildarlo populista, autoritario, etc… Teniendo en cuenta esto, sumado a que el fiscal Nisman habría denunciado a la presidenta, las pocas ideas de la oposición y las tremendas ganas de algunos en pasar facturas que vienen postergadas desde hace años, generó un clima absolutamente enrarecido. Los intereses que esta administración “tocó” no están para nada de acuerdo con la llegada natural de la presidente a fin de año y no han escatimado nada para lograrlo. Sin embargo, los argumentos de los medios hegemónicos, la oposición que hace poco para ser una alternativa de poder real; tratan en forma cotidiana de embarrar la cancha con cualquier elemento a fin… desestabilizar al actual gobierno. Y aún no lo han logrado.
   Esto no sucede porque si, sucede porque la justicia ha dejado de hacer lo que debe; ser efectiva, rápida, independiente... ser justa.